Sin tapujos, la poeta escribió sobre el rol de la mujer en la Argentina de principios del siglo XX.

En 1926, la poetisa chilena y ganadora del Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, la describió como una mujer sencilla y elegante que se mostraba segura pero sin llegar al alarde. Que midió sus fuerzas en una vida dura y que estaba contenta consigo misma. Y que una vez le dijo, entre sonrisas: “Alfonsina quiere decir dispuesta a todo”.
Nacida en la comuna suiza de Sala Capriasca en 1892, Alfonsina Storni llegó a la Argentina cuando tenía cuatro años, junto a sus padres, Alfonso y Paulina, provenientes de la provincia de San Juan. Desde joven trabajó para ayudar a su madre -cabeza de familia a raíz de la inestabilidad emocional de su marido- y encontró en la escritura un modo para desahogarse.
El trabajo y la independencia económica son temas que la escritora incluyó en su obra poética. En el libro Alfonsina Storni: literatura y feminismo en la Argentina de los años 20, Jaqueline Vasallo y Leandro Calle citan como ejemplo “La loba”, un poema de La inquietud del Rosal, su primer libro publicado en 1916. Para los autores, la protagonista “se aparta del rebaño y critica el ideal modélico de las mujeres de entonces a las que se refiere como ‘ovejitas’” que necesitaban a los hombres para defenderse en la vida.
En el mismo poema, Storni hace alusión a su hijo Alejandro, a quien tuvo en 1912 y decidió criarlo sola. En su artículo “Alfonsina Storni: su feminismo en cinco poemas”, la periodista española Montserrat Barba Pan sostiene que “ser madre soltera le hizo enfrentarse a una sociedad llena de prejuicios hacia las mujeres”, quienes, a su vez, rechazaban sus versos por “inmorales”.
En su segundo poemario, El dulce daño, publicado en 1918, Storni opina sobre el romanticismo y el erotismo, y abre el debate acerca de “la sumisión de la mujer o su poca valoración en la sociedad”, señala la poeta y crítica literaria Luz Mary Giraldo en su artículo “Motivos de Alfonsina”.
El libro incluye “Tú me quieres blanca”, uno de los poemas más conocidos. Según la doctora en Filosofía Ana Skledar, autora del artículo “Feminismo y trasgresión en las obras de Alfonsina Storni, Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou”, el texto “desafía el doble criterio que se aplica a los hombres y a las mujeres en cuanto a sus actividades sexuales”.
Para la licenciada en Letras e investigadora de teoría literaria Cecilia Perna, solo las primeras obras de Storni son “temáticamente feministas”. “El resto de su trabajo estuvo condicionado por una obligación de época, la de subordinar el yo lírico, su mirada y su deseo a la existencia de un ‘tú’ que encarnaba el ideal masculino”, explicó.
En 1919 aparece el libro Irremediablemente. Entre sus poemas se destaca “Hombre pequeñito” en donde, según Giraldo, el yo poético se debate frente al amor a través de la analogía de una mujer-canario que desde una jaula pide su libertad.
Después de nueve años sin publicar, aparece el poemario Mundo de siete pozos. Según Perna, en ese libro la voz y la mirada de Storni caen con libertad sobre lo que la rodea: la ciudad, los cuerpos, la naturaleza. “Se libera del yugo socialmente impuesto por la escritura femenina que en esa época estaba condenada a ser ‘amorosa’”, añadió.
En una entrevista para el portal SWI, Guillermo Storni, nieto de la poetisa, destacó que hay tres “Alfonsinas”: la romántica y sumisa, la contestataria y la autobiográfica. Todas ellas se reflejan en su obra, en su activismo, en su rebeldía contra la mujer oprimida. Fiel a su nombre, dispuesta a todo.
Llegué a tu blog por una reseña en la campana de cristal. Espero poder continuar leyendo más de vos, de tus intereses literarios en castellano. Gracias!
Un libro excelente, por cierto. Me alegro que te haya traído a este sitio. ¡Gracias por comentar!